Libro de la Noche: Un Viaje a Través de la Luna y las Estrellas
Libro de la Noche: Un Viaje a Través de la Luna y las Estrellas
El documento narra una leyenda
mística sobre el poeta Fridoñanti Josué Paella Ruiz y su amor metafísico con la
enfermera Josuamairis Gunsálvelez Garza, quien se convierte en la Luna Selenia.
A través de sueños y visiones, el poeta busca reunir al Sol y la Luna,
simbolizando la unión de lo divino y lo humano.
- Dedicatoria: El autor dedica el libro
a la Luna Selenia, a la Vida, a la Causa Primera y a la Madre Tierra,
destacando la importancia de la esperanza y la concordia.
- Reflexión sobre la locura y la sabiduría: El autor reflexiona
sobre cómo todos llevamos un poco de locura, y cómo la sabiduría a veces
se disfraza de locura o de sonrisa.
- Interpretación de las palabras: El autor sugiere que las
palabras son solo juegos y que solo el corazón puede interpretar su
verdadero significado, comparándolo con la media luna de sus sueños.
- Encuentro con el vagabundo: El narrador se encuentra
con un vagabundo que se identifica como Saturno, quien le habla sobre la
unión del Sol y la Luna y la importancia del tiempo y la concordia.
- La leyenda de Gabriel y Selenia: Se narra la leyenda de
Gabriel, un poeta que alegó ser el Arcángel Gabriel y fecundó
inmaculadamente a su enfermera, quien se convirtió en la Luna Selenia.
- El cáliz y las sortijas: El narrador intenta unir
las sortijas de plata y oro en un cáliz roto, siguiendo las instrucciones
de Saturno para reunir al Sol y la Luna.
- Revelaciones de Saturno: Saturno comparte
leyendas y revelaciones sobre la creación del mundo y la unión del Sol y
la Luna, destacando la importancia de la armonía y la verdad.
- La historia de Fridoñanti: Se describe la vida del
poeta Fridoñanti, quien fue internado en un manicomio por sus delirios
místicos y su amor por la enfermera Josuamairis, a quien consideraba su
esposa metafísica.
- El resurgimiento del poeta: El poeta resurge siete
años después, buscando disolver sus deudas y pecados para reunirse con su
esposa y su hijo, el Nuevo Sol.
Conclusión de la leyenda: La leyenda
concluye con la esperanza de que el poeta y su Luna Selenia se reúnan,
simbolizando la unión de lo divino y lo humano, y la búsqueda de la verdad
oculta.
Libro de la Noche: Un Viaje a Través de la Luna y
las Estrellas
A mi Sagrada
Luna Selenia, lámpara de plata en el firmamento, más bella que la Sacra Sofía
de los magos, hoy convertida en Estrella de la Mañana, cuyo paradero
desconozco, sin saber si alumbró una estrella o un sol. A la Vida y a la Causa
Primera, que me han concedido el don de la existencia y la palabra, y a la
Sagrada Madre Tierra, nuestro único hogar, donde germina la semilla de
esperanza y concordia.
De músicos,
poetas y locos, todos llevamos un poco. Los niños, los borrachos y los locos,
son los únicos que osan decir la verdad. La locura, un elogio, cuando se
reconoce su danza. Y la sabiduría, a veces, se disfraza de sonrisa, aplauso o
movimiento de orejas, engañando a quienes creen entenderlo todo.
I.
No le hagas
caso a todas las palabras, son solo flujos de palabras y eventos, encriptados o
desencriptados, verdades ocultas de cuentos de hadas, de mitologías, de
misticismo, de religiones, de arquetipos, de magia, de parapsicología, de
ciencias y de psicología. Todo es un juego de palabras, y solo el corazón
interpretará lo que dicen, haciendo lo que siente, diciendo la verdad, una
verdad siempre a medias, como la media luna de mis sueños.
Así cuenta la
leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos me
dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado. Esta parte de la leyenda, nacida tras mi
visita al sur de la Islita de San Juan Evangelista, busca enmendar mis errores.
En los versos de esta poesía, encriptados o desencriptados, verdades ocultas de
cuentos de hadas, la batería de mi Android se agota, buscando el influjo que
inspiró esta leyenda de un bello durmiente, un Rip Van Winkle que clamaba ser
Gabriel, el Arcángel Resplandeciente, que con sus rayos de luz impregnó
inmaculadamente a su enfermera en un antiguo manicomio, ahora escuela de diseño
de artes digitales y diseño industrial.
Al voltear la
vista, hacia el norte, veo el decadente castillo San Fernando de Yomairis, y
pregunto por ese Gabriel andante, un poeta errante. La gente me ignora,
atrapada en su mundo virtual, con sus tablets, laptops, smartphones y gadgets.
El castillo, en una loma en sequía, deteriorado y agrietado, ve marcharse el
sol y salir la luna creciente, junto a la vespertina. La hermosa luna esterlina
me señala pendiente, hacia la voz de un vagabundo.
El vagabundo,
acusado de locura, alto, huesudo, de larga barba blanca, como un antiguo titán,
me pregunta quién soy, por qué busco al demente que fecundó inmaculadamente a
su bella y sabia enfermera, tan bella y santa como la Virgen María, o más bella
y sacra que la Sofía de los magos de luz, tan bella y sagrada como Isis, la
perfecta Luna Selenia, fecundada inmaculadamente por Osiris, cuando Osiris fue
un sol.
Le respondo
que soy un poeta, buscando el origen de una leyenda, la historia de un bello
durmiente demente, que alegó ser un Arcángel Gabriel en el año 1908, en lo que
fue esta Casa de Locos. Porque la sabiduría, a veces, se viste de loco, aunque
no lo crean las ciencias escépticas, que acusan de locura a los místicos e
iluminados. Solo creen en los milagros imposibles, no en los posibles, que
llaman buena suerte o casualidad. Jugando con las palabras, que es la poesía,
encriptada o desencriptada, verdades ocultas de cuentos de hadas y arquetipos
de mitologías, le pregunto quién es. Me responde que es Saturno, y que el
tiempo ya no puede vencer al tiempo, tragándoselo todo, hasta sus propios
hijos. El tiempo cobra deudas de plomo a todos, incluyéndose a sí mismo. Me
muestra su hoz de acero con mango de plomo, y me dice que cuando el acero
recolecte buen trigo y desyerbe cizaña, se volverá plata, y cuando el plomo se
transmute a oro, sabrá que ha llovido concordia y que la semilla del nuevo sol
ha nacido de la inmaculada perfecta. Entonces, verá el portal en el horizonte,
entre luces y sombras, cuando la Luna Inmaculada se encuentre con el hombre
que, siendo sol, llenó su arca de vida de oro, sin llave ni oro.
Le pregunto
cómo se van a reencontrar, si él duerme desde 1908 y ella debe haber muerto.
Saturno me replica que, aunque duerma, con la fuerza de su amor verdadero la
fecundó, y el amor verdadero no muere. Su alma se disparará por el mundo hasta
encontrarla. Le digo que soy escéptico, pues ella y su hijo deben haber muerto.
Saturno me dice que ella se volvió la luna y la criatura un nuevo sol. Me da
dos sortijas, una de plata de la luna y otra de electro de oro y plata, y me
dice que cuando lo encuentre, tal vez ella se reencuentre con él. Le pregunto
dónde está, si solo quedan sus huesos. Me responde que, cuando la concordia
llueva, el arcoíris marcará el camino del regreso del amado olvidado con su
amada, y su guadaña será de plata y oro cuando guíe al poeta hasta ella.
Amaneció,
salió el sol, el lucero del alba se desvaneció. Saturno me mostró un arcoíris
del alba del rocío de la concordia. Las gotas de rocío en la hoz hicieron que
el acero se volviera plata y el plomo oro. Me refugié en el decadente castillo,
donde dicen que vivió Gabriel, el Arcángel bello durmiente. Vi unos huesos en
una tumba de cristal y plata, con una inscripción de letras de oro:
"Recuerdo que cuando fui un Sol, y conocí a la Sagrada Luna Selenia, que
ella se volvió Inmaculada Estrella, cuando le Llené su Cáliz sin Botella, y sin
Vino, Llené su Cáliz de Sagrado Vino, Sin la Sagrada Botella, Y sin el Sagrado
Vino, la Sagrada Luna Selenia, Que ella se volvió Inmaculada Estrella, le Llené
su Arca de Oro, Llené su Arca, Sin Tocar el Arca, Sin Abrir el Arca, La Llené
de Oro, Sin Tener Oro, Sin la Llave que abre el Arca, y nunca vi cuando, nació
el Nuevo Sol que emergió se su Cáliz, que emergió de su Arca, cuando ella parió
al Nuevo Sol. Ya sé porqué seguir luchando, No sé dónde está ella Ni la Piedra Filosofal
que Nació de su Inmaculado Cáliz, mi familia cree que solo soy un lunático,
pues si lo soy, pues soy y fui, todo el Señor de la Bella Selenia Luna y logré
sanarme a mí y mi familia, sin que supieran la Verdad Sagrada, La Sagrada Luna
Selenia es mi Esposa Metafísica, no sé dónde está ella, ya sé porqué seguir
luchando, y logré sanarme a mí y mi familia, sin que supieran la Verdad
Sagrada, y la Verdad Sagrada no la conoce la Ciencia escéptica, mas las
Religiones y Disciplinas Místicas, la conocen a su manera, pues la Verdad
Sagrada que te guía, la que te guía hacia la Gran Verdad Sagrada es Una,
Mantenerse limpio y Eternamente Limpiarse de Cuerpo y de Alma y Corazón, la
eterna templación y que a algunos les llega por el bello ejercicio de la
contemplación. La Sagrada Luna Selenia es mi Esposa Metafísica, no sé dónde
está ella, ya sé porqué seguir luchando, y nunca la he vuelto a ver, ni a mi
Esposa Metafísica ni a mi Hijo, La Piedra Filosofal que es el Nuevo Sol, Ella
se volvió Inmaculada Estrella, la Inmaculada Luna Selenia que parió al Nuevo
Sol, y nunca más he sabido de Ella y nunca más supe de nuestro Hijo, y mi Alma
se dispara en busca de Ella."
Encontré una
daga clavada en un arca esmaltada de oro y plata, y el cáliz de plata roto.
Intenté remover la daga, sintiendo un correntazo de estruendo, como si el arca
estuviera magnetizada por magia, no por ciencia.
II.
Recordé lo
que Saturno dijo: "Ella se volvió la Luna, y la criatura un nuevo Sol,
toma esta sortija de plata de la luna, y esta sortija de electro de oro y
plata, y cuando lo encuentres, tal vez ella se reencuentre con él." Tomé
la sortija de plata de la Luna y la sortija de electro de plata y oro, las
coloqué dentro del cáliz roto, buscando un emblema de la Luna que me guiara, y
otro del Sol para juntar las sortijas.
Saturno se me
apareció de nuevo, cuando no lograba entender qué hacer con las sortijas. Me
dijo que el Sol y la Luna, después de que el Poeta y Artífice Creador, el Dios
que soñó todo lo que existe, creó todo con su palabra creadora, con la verdad y
concordia de su corazón y su lengua de leyes de armonía, nadie sabe cuándo
ocurrió ese magnífico día, ni en qué lugar del cosmos. Las revelaciones,
siempre extrañas, dejan en la maraña de nuestras mentes dispersas un escriba
que solo las escribió a otros en su contexto cultural. Esas revelaciones,
encontradas en textos místicos de diferentes contextos y culturas, hacen pensar
en una Mente Colectiva, contando más o menos lo mismo, solo con diferentes
nombres. Se sabe que un sacerdote egipcio tuvo esta revelación cuando se fundó
Menfis, hace cinco mil años, que se casaron en el Mar Primordial de Salacia, el
reflejo del Sol en el horizonte entre luces y sombras, sobre las aguas de
Salacia, y el reflejo de la Luna, conjugándose con el del Sol, hizo brotar toda
la vida en Salacia, y la Luna se volvió Selenia Inmaculada Preñada.
Le pregunto a
Saturno de dónde conoce esa leyenda. Me responde que de los templos de Menfis,
Egipto, la Luna se hizo Inmaculada Sagrada Estrella y parió toda la vida que
camina en la Tierra. Le pregunto cómo se fastidió todo. Me dice que los
descendientes del Sol y la Selenia quisieron ser los dueños de todo, y
rompieron todas las reglas. Todas las mitologías hablan de esas soberbias y
desobediencias. Le pregunto cómo sabe eso. Me responde que él fue soberbio,
queriendo tener el poder. Su hermano mayor, Titán, le otorgó el poder para no
guerrear, pero le sentenció a no tener hijos, pues hijo fuiste, padre serás. Él
usurpó el poder a su padre, y su hermano Titán, que tenía el apoyo de todos,
fácilmente le hubiera quitado el poder, pero solo lo sentenció.
Saturno me
cuenta que él, como gran serpiente del tiempo, se lo tragaba todo, hasta sus
hijos. Su esposa, la titánide Rea Opis, como toda madre, intentó proteger a sus
hijos de su insaciable poder. Lo engañó, pues el gran poder femenino es su
delicadeza, sutileza y astucia, y actuar cuando menos te lo esperas. Todos sus
hijos, Neptuno, Hades y Júpiter, lograron salir de él por la astucia de su
madre. Ellos, unos duendes comparados con su enormidad, lo derrotaron, como
mangostas que vencen serpientes y leones. Se cumplió la sentencia de su hermano
Titán, y cayó del cielo, convirtiéndose en el que cobra las cuentas de plomo,
recoge el buen trigo y desyerba la cizaña.
Le pregunto a
Saturno qué hago con las sortijas para que se encuentren el Sol y la Luna. Me
dice que tome agua y sal, recuerde la leyenda del Sol y la Luna, y con las
aguas de los mares de Salacia, reconstruya la leyenda, y tal vez veré todo lo
que pueda imaginar. Vierto agua con sal en el cáliz, creando los mares de
Salacia. Coloco la sortija de plata de la Luna en la solución salina, y veo
cómo los rayos del Sol hacen brillar la sortija de oro que tenía el esqueleto
en su mano derecha. Tomo la sortija de oro y la coloco en el cáliz.
Me digo que
he reunido al Sol y a la Luna con Salacia. Un rayo de sol ilumina el cáliz, y
las sortijas se amalgaman, efervesciendo en chispas como una estrella. Una luz
cegadora me deslumbra, y todo comienza a oler a rosas. Camino hacia atrás y
tropiezo, cayendo sobre el arca esmaltada de oro, que se rompe. La daga
resplandece en el piso, y encuentro un libro titulado "Libro de la Noche
esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las Estrellas para Merecer el
Amanecer."
Abro sus
páginas y leo: "El Arcángel de la Luna y el Arcángel del Amor, cuando
conoció a su Selenia, le llenó el Cáliz de Vida, sin botella ni vino, a la
Inmaculada Estrella que parió a la Piedra Filosofal. Le llenó el Arca de Oro,
sin tocarla ni abrirla, sin llave ni oro. Regresó a las Colinas de Sombras, a
resucitar sin Isis ni Anubis. Recordó que para la restauración hay que
mantenerse limpio de cuerpo, alma y corazón. La salvación del alma esparce la
simiente de la Palabra de Vida y Concordia, luchando contra minotauros,
discordia, serpientes, alimañas, gigantes y titanes. Con el miedo de Elías y el
sufrimiento de Jeremías, los errores de Moisés y David, y la culpa de Judas
Iscariote, quiso morir como los mártires, con vino envenenado y consagrado, resucitando
para probar su cordura y buscar a su Luna Selenia, a la Inmaculada Selenia que,
siendo Sol, le llenó el Cáliz de Vida, a la Inmaculada Estrella que parió a la
Piedra Filosofal. Aceptó ser la justicia, sumo sacerdote de su boda metafísica
con la Luna, ermitaño loco que con la fuerza de su amor la impregnó. Tuvo que
decidir entre ángel y demonio, recordando su templación en la torre. Busca a su
Luna y Estrella, comandando a la Centella a que llueva concordia, para volver a
ver a su Estrella Luna Selenia y al Hijo de Él y Ella, el Kael, hijo de la
fuerza vital del Gabriel que fecundó a la Inmaculada. Regresó a las Colinas de
Sombras, viendo destellos de luz entre las sombras, resucitando por la
esperanza de volver a ver a su Luna Selenia. Vio la concordia lloviendo, y
ordenó que lloviera más, viendo la restauración de su familia terrenal y la
esperanza de ser su faro, el poeta y artífice que siempre ha querido ser, para
volver a los brazos de Luna, porque no quiere morir sin besarla y conjugar sus
almas."
Desperté en
una ambulancia, rumbo a emergencias. Me encontraron desmayado frente al
Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar baja y deshidratado. Les pregunté
si tenía un libro gris oscuro, titulado "Libro de la Noche esperando la
Luz entre las tinieblas de la Luna y las Estrellas para Merecer el
Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto y unos pergaminos.
Tomé los
pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de
abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco.' Un loco
iluminado, atado de manos, acusado de delirios místicos, el poeta Fridoñanti
Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio de Locos, decía que su poesía
era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo intentaban tratar por delirios
mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez Garza, noble y sagrada luna
Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba con aura de estrella, llena
de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan santa como Isis y la Virgen
María.
El poeta le
dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna Selenia. Brillo más alto que el color
de Ra, y tu brillo de estrella y voz de soprano me hacen brillar doscientas
cincuenta y seis octavas más altas que la nota Re. Con la fuerza de mi amor
verdadero, mis rayos entran en tu vientre de Estrella, y serás la Octava Mayor,
concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y por nueve lunas la Palabra crecerá
Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces. La Dra. Alejandra de la Vega,
psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le prestara atención, que su
apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros, ojos oscuros y piel bronce,
con cara de bello faraón, y su bella voz masculina paternal, la hacían
prestarle atención.
Durante tres
días, repitió la letanía, tal vez ciento cuarenta y cuatro veces. El 28 de
abril de 1908, con Mercurio dominando a Tauro, Josuamairis le dijo que estaba
embarazada y nunca había sido tocada por un hombre. El poeta le dijo que nadie
les
III."Ella
se volvió la Luna, y la criatura un nuevo Sol. Toma esta sortija de plata de la
Luna y esta sortija de electro de oro y plata. Cuando lo encuentres, tal vez
ella se reencuentre con él."
Tomé la sortija de plata de la Luna y la sortija de
electro de plata y oro. Las coloqué dentro del cáliz roto, buscando un emblema
de la Luna que me guiara y otro del Sol para juntar las sortijas.
Saturno se me apareció de nuevo cuando no lograba
entender qué hacer con las sortijas. Me dijo que el Sol y la Luna, después de
que el Poeta y Artífice Creador, el Dios que soñó todo lo que existe, creó todo
con su palabra creadora, con la verdad y concordia de su corazón y su lengua de
leyes de armonía, nadie sabe cuándo ocurrió ese magnífico día, ni en qué lugar
del cosmos. Las revelaciones, siempre extrañas, dejan en la maraña de nuestras
mentes dispersas un escriba que solo las escribió a otros en su contexto
cultural. Esas revelaciones, encontradas en textos místicos de diferentes
contextos y culturas, hacen pensar en una Mente Colectiva, contando más o menos
lo mismo, solo con diferentes nombres. Se sabe que un sacerdote egipcio tuvo
esta revelación cuando se fundó Menfis, hace cinco mil años, que se casaron en
el Mar Primordial de Salacia, el reflejo del Sol en el horizonte entre luces y
sombras, sobre las aguas de Salacia, y el reflejo de la Luna, conjugándose con
el del Sol, hizo brotar toda la vida en Salacia, y la Luna se volvió Selenia
Inmaculada Preñada.
Le pregunto a Saturno de dónde conoce esa leyenda. Me
responde que de los templos de Menfis, Egipto, la Luna se hizo Inmaculada
Sagrada Estrella y parió toda la vida que camina en la Tierra. Le pregunto cómo
se fastidió todo. Me dice que los descendientes del Sol y la Selenia quisieron
ser los dueños de todo, y rompieron todas las reglas. Todas las mitologías
hablan de esas soberbias y desobediencias. Le pregunto cómo sabe eso. Me
responde que él fue soberbio, queriendo tener el poder. Su hermano mayor, Titán,
le otorgó el poder para no guerrear, pero le sentenció a no tener hijos, pues
hijo fuiste, padre serás. Él usurpó el poder a su padre, y su hermano Titán,
que tenía el apoyo de todos, fácilmente le hubiera quitado el poder, pero solo
lo sentenció.
Saturno me cuenta que él, como gran serpiente del tiempo,
se lo tragaba todo, hasta sus hijos. Su esposa, la titánide Rea Opis, como toda
madre, intentó proteger a sus hijos de su insaciable poder. Lo engañó, pues el
gran poder femenino es su delicadeza, sutileza y astucia, y actuar cuando menos
te lo esperas. Todos sus hijos, Neptuno, Hades y Júpiter, lograron salir de él
por la astucia de su madre. Ellos, unos duendes comparados con su enormidad, lo
derrotaron, como mangostas que vencen serpientes y leones. Se cumplió la
sentencia de su hermano Titán, y cayó del cielo, convirtiéndose en el que cobra
las cuentas de plomo, recoge el buen trigo y desyerba la cizaña.
Le pregunto a Saturno qué hago con las sortijas para que
se encuentren el Sol y la Luna. Me dice que tome agua y sal, recuerde la
leyenda del Sol y la Luna, y con las aguas de los mares de Salacia, reconstruya
la leyenda, y tal vez veré todo lo que pueda imaginar. Vierto agua con sal en
el cáliz, creando los mares de Salacia. Coloco la sortija de plata de la Luna
en la solución salina, y veo cómo los rayos del Sol hacen brillar la sortija de
oro que tenía el esqueleto en su mano derecha. Tomo la sortija de oro y la
coloco en el cáliz.
Me digo que he reunido al Sol y a la Luna con Salacia. Un
rayo de sol ilumina el cáliz, y las sortijas se amalgaman, efervesciendo en
chispas como una estrella. Una luz cegadora me deslumbra, y todo comienza a
oler a rosas. Camino hacia atrás y tropiezo, cayendo sobre el arca esmaltada de
oro, que se rompe. La daga resplandece en el piso, y encuentro un libro
titulado "Libro de la Noche esperando la Luz entre las tinieblas de la
Luna y las Estrellas para Merecer el Amanecer."
Abro sus páginas y leo: "El Arcángel de la Luna y el
Arcángel del Amor, cuando conoció a su Selenia, le llenó el Cáliz de Vida, sin
botella ni vino, a la Inmaculada Estrella que parió a la Piedra Filosofal. Le
llenó el Arca de Oro, sin tocarla ni abrirla, sin llave ni oro. Regresó a las
Colinas de Sombras, a resucitar sin Isis ni Anubis. Recordó que para la
restauración hay que mantenerse limpio de cuerpo, alma y corazón. La salvación
del alma esparce la simiente de la Palabra de Vida y Concordia, luchando contra
minotauros, discordia, serpientes, alimañas, gigantes y titanes. Con el miedo
de Elías y el sufrimiento de Jeremías, los errores de Moisés y David, y la
culpa de Judas Iscariote, quiso morir como los mártires, con vino envenenado y
consagrado, resucitando para probar su cordura y buscar a su Luna Selenia, a la
Inmaculada Selenia que, siendo Sol, le llenó el Cáliz de Vida, a la Inmaculada
Estrella que parió a la Piedra Filosofal. Aceptó ser la justicia, sumo
sacerdote de su boda metafísica con la Luna, ermitaño loco que con la fuerza de
su amor la impregnó. Tuvo que decidir entre ángel y demonio, recordando su
templación en la torre. Busca a su Luna y Estrella, comandando a la Centella a
que llueva concordia, para volver a ver a su Estrella Luna Selenia y al Hijo de
Él y Ella, el Kael, hijo de la fuerza vital del Gabriel que fecundó a la
Inmaculada. Regresó a las Colinas de Sombras, viendo destellos de luz entre las
sombras, resucitando por la esperanza de volver a ver a su Luna Selenia. Vio la
concordia lloviendo, y ordenó que lloviera más, viendo la restauración de su
familia terrenal y la esperanza de ser su faro, el poeta y artífice que siempre
ha querido ser, para volver a los brazos de Luna, porque no quiere morir sin
besarla y conjugar sus almas."
Desperté en una ambulancia, rumbo a emergencias. Me
encontraron desmayado frente al Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar
baja y deshidratado. Les pregunté si tenía un libro gris oscuro, titulado
"Libro de la Noche esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las
Estrellas para Merecer el Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto
y unos pergaminos. Tomé los pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos,
todos tenemos un poco.' Un loco iluminado, atado de manos, acusado de delirios
místicos, el poeta Fridoñanti Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio
de Locos, decía que su poesía era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo
intentaban tratar por delirios mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez
Garza, noble y sagrada luna Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba
con aura de estrella, llena de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan
santa como Isis y la Virgen María."
El poeta le dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna
Selenia. Brillo más alto que el color de Ra, y tu brillo de estrella y voz de
soprano me hacen brillar doscientas cincuenta y seis octavas más altas que la
nota Re. Con la fuerza de mi amor verdadero, mis rayos entran en tu vientre de
Estrella, y serás la Octava Mayor, concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y
por nueve lunas la Palabra crecerá Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces.
La Dra. Alejandra de la Vega, psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le
prestara atención, que su apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros,
ojos oscuros y piel bronce, con cara de bello faraón, y su bella voz masculina
paternal, la hacían prestarle atención.
Durante tres días, repitió la letanía, tal vez ciento
cuarenta y cuatro veces. El 28 de abril de 1908, con Mercurio dominando a
Tauro, Josuamairis le dijo que estaba embarazada y nunca había sido tocada por
un hombre. El poeta le dijo que nadie les creería esta Verdad Sagrada. Sus
hermanos, profanos, lo internaron en el manicomio. Sus padres, religiosos pero
profanos, no creen en milagreros. Su pueblo los lincharía. El cura Juan
Martinete no creería en arcángeles encarnados, y el Dr. Diego de la Vega diría que
una fecundación metafísica viola las leyes de la biología. Le preocupa la
reputación de ella y la lengua de su familia.
Ella fue interrogada y cuestionada sobre su relación con
el poeta. Él fue azotado nueve veces. Su familia no creyó que fuera un
iluminado, ni que ella fuera su esposa metafísica. Lo lincharon, el cura
diciendo que no podía haber un arcángel encarnado, y el doctor diciendo que la
fecundación metafísica era fantasía de hechicería.
A los siete años, el poeta resurgió, rezando a san Juan
Cabestran, queriendo disolver sus deudas y pecados, para que lloviera concordia
y naciera el Nuevo Sol. Quiere volver a ver a su esposa y a su criatura,
retomar su vida mística y esparcir la simiente del Supremo Bien. Ella vive y
trabaja en un palacio celeste, en una torre que no fue derribada. Él, como
mago, debe ganarse el pan y resolver cómo volver a su Luna Selenia, su esposa
metafísica, porque fue el mago que le mostró lo Imposible. Nadie, ni su familia,
debe saberlo, porque la Verdad Sagrada no se profana en manos de
profanos."
Y así, los pergaminos contaban la historia de
un amor imposible, de una verdad oculta, de un poeta que buscaba a su Luna, de
un Sol que anhelaba su Estrella. La leyenda, tejida con hilos de locura y
sabiduría, de sueños y realidades, de mitos y verdades, se desplegaba ante mis
ojos, revelando los secretos de un pasado que resonaba en el presente.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
No le hagas
caso a todas las palabras, son solo flujos de palabras y eventos, encriptados o
desencriptados, verdades ocultas de cuentos de hadas, mitologías, misticismo,
religiones, arquetipos, magia, parapsicología, ciencias y psicología. Todo es
un juego de palabras, y solo el corazón interpretará lo que dicen, haciendo lo
que siente, diciendo la verdad, una verdad siempre a medias, como la media luna
de mis sueños.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
Desperté,
estaba en una ambulancia, rumbo a emergencias. Me encontraron desmayado frente
al Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar baja y deshidratado. Les
pregunté si tenía un libro gris oscuro, titulado "Libro de la Noche
esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las Estrellas para Merecer el
Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto y unos pergaminos. Tomé
los pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de
abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco.' Un loco
iluminado, atado de manos, acusado de delirios místicos, el poeta Fridoñanti
Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio de Locos, decía que su poesía
era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo intentaban tratar por delirios
mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez Garza, noble y sagrada luna
Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba con aura de estrella, llena
de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan santa como Isis y la Virgen
María.
El poeta le
dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna Selenia. Brillo más alto que el color
de Ra, y tu brillo de estrella y voz de soprano me hacen brillar doscientas
cincuenta y seis octavas más altas que la nota Re. Con la fuerza de mi amor
verdadero, mis rayos entran en tu vientre de Estrella, y serás la Octava Mayor,
concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y por nueve lunas la Palabra crecerá
Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces. La Dra. Alejandra de la Vega,
psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le prestara atención, que su
apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros, ojos oscuros y piel bronce,
con cara de bello faraón, y su bella voz masculina paternal, la hacían
prestarle atención.
Durante tres
días, repitió la letanía, tal vez ciento cuarenta y cuatro veces. El 28 de
abril de 1908, con Mercurio dominando a Tauro, Josuamairis le dijo que estaba
embarazada y nunca había sido tocada por un hombre. El poeta le dijo que nadie
les creería esta Verdad Sagrada. Sus hermanos, profanos, lo internaron en el
manicomio. Sus padres, religiosos pero profanos, no creen en milagreros. Su
pueblo los lincharía. El cura Juan Martinete no creería en arcángeles
encarnados, y el Dr. Diego de la Vega diría que una fecundación metafísica
viola las leyes de la biología. Le preocupa la reputación de ella y la lengua
de su familia.
Ella fue
interrogada y cuestionada sobre su relación con el poeta. Él fue azotado nueve
veces. Su familia no creyó que fuera un iluminado, ni que ella fuera su esposa
metafísica. Lo lincharon, el cura diciendo que no podía haber un arcángel
encarnado, y el doctor diciendo que la fecundación metafísica era fantasía de
hechicería.
A los siete
años, el poeta resurgió, rezando a san Juan Cabestran, queriendo disolver sus
deudas y pecados, para que lloviera concordia y naciera el Nuevo Sol. Quiere
volver a ver a su esposa y a su criatura, retomar su vida mística y esparcir la
simiente del Supremo Bien. Ella vive y trabaja en un palacio celeste, en una
torre que no fue derribada. Él, como mago, debe ganarse el pan y resolver cómo
volver a su Luna Selenia, su esposa metafísica, porque fue el mago que le
mostró lo Imposible. Nadie, ni su familia, debe saberlo, porque la Verdad
Sagrada no se profana en manos de profanos."
Y así, los
pergaminos contaban la historia de un amor imposible, de una verdad oculta, de
un poeta que buscaba a su Luna, de un Sol que anhelaba su Estrella. La leyenda,
tejida con hilos de locura y sabiduría, de sueños y realidades, de mitos y
verdades, se desplegaba ante mis ojos, revelando los secretos de un pasado que
resonaba en el presente.
"Ella se volvió la Luna, y la criatura un nuevo Sol.
Toma esta sortija de plata de la Luna y esta sortija de electro de oro y plata.
Cuando lo encuentres, tal vez ella se reencuentre con él."
Tomé la sortija de plata de la Luna y la sortija de
electro de plata y oro. Las coloqué dentro del cáliz roto, buscando un emblema
de la Luna que me guiara y otro del Sol para juntar las sortijas.
Saturno se me apareció de nuevo cuando no lograba
entender qué hacer con las sortijas. Me dijo que el Sol y la Luna, después de
que el Poeta y Artífice Creador, el Dios que soñó todo lo que existe, creó todo
con su palabra creadora, con la verdad y concordia de su corazón y su lengua de
leyes de armonía, nadie sabe cuándo ocurrió ese magnífico día, ni en qué lugar
del cosmos. Las revelaciones, siempre extrañas, dejan en la maraña de nuestras
mentes dispersas un escriba que solo las escribió a otros en su contexto
cultural. Esas revelaciones, encontradas en textos místicos de diferentes
contextos y culturas, hacen pensar en una Mente Colectiva, contando más o menos
lo mismo, solo con diferentes nombres. Se sabe que un sacerdote egipcio tuvo
esta revelación cuando se fundó Menfis, hace cinco mil años, que se casaron en
el Mar Primordial de Salacia, el reflejo del Sol en el horizonte entre luces y
sombras, sobre las aguas de Salacia, y el reflejo de la Luna, conjugándose con
el del Sol, hizo brotar toda la vida en Salacia, y la Luna se volvió Selenia
Inmaculada Preñada.
Le pregunto a Saturno de dónde conoce esa leyenda. Me
responde que de los templos de Menfis, Egipto, la Luna se hizo Inmaculada
Sagrada Estrella y parió toda la vida que camina en la Tierra. Le pregunto cómo
se fastidió todo. Me dice que los descendientes del Sol y la Selenia quisieron
ser los dueños de todo, y rompieron todas las reglas. Todas las mitologías
hablan de esas soberbias y desobediencias. Le pregunto cómo sabe eso. Me
responde que él fue soberbio, queriendo tener el poder. Su hermano mayor, Titán,
le otorgó el poder para no guerrear, pero le sentenció a no tener hijos, pues
hijo fuiste, padre serás. Él usurpó el poder a su padre, y su hermano Titán,
que tenía el apoyo de todos, fácilmente le hubiera quitado el poder, pero solo
lo sentenció.
Saturno me cuenta que él, como gran serpiente del tiempo,
se lo tragaba todo, hasta sus hijos. Su esposa, la titánide Rea Opis, como toda
madre, intentó proteger a sus hijos de su insaciable poder. Lo engañó, pues el
gran poder femenino es su delicadeza, sutileza y astucia, y actuar cuando menos
te lo esperas. Todos sus hijos, Neptuno, Hades y Júpiter, lograron salir de él
por la astucia de su madre. Ellos, unos duendes comparados con su enormidad, lo
derrotaron, como mangostas que vencen serpientes y leones. Se cumplió la
sentencia de su hermano Titán, y cayó del cielo, convirtiéndose en el que cobra
las cuentas de plomo, recoge el buen trigo y desyerba la cizaña.
Le pregunto a Saturno qué hago con las sortijas para que
se encuentren el Sol y la Luna. Me dice que tome agua y sal, recuerde la
leyenda del Sol y la Luna, y con las aguas de los mares de Salacia, reconstruya
la leyenda, y tal vez veré todo lo que pueda imaginar. Vierto agua con sal en
el cáliz, creando los mares de Salacia. Coloco la sortija de plata de la Luna
en la solución salina, y veo cómo los rayos del Sol hacen brillar la sortija de
oro que tenía el esqueleto en su mano derecha. Tomo la sortija de oro y la
coloco en el cáliz.
Me digo que he reunido al Sol y a la Luna con Salacia. Un
rayo de sol ilumina el cáliz, y las sortijas se amalgaman, efervesciendo en
chispas como una estrella. Una luz cegadora me deslumbra, y todo comienza a
oler a rosas. Camino hacia atrás y tropiezo, cayendo sobre el arca esmaltada de
oro, que se rompe. La daga resplandece en el piso, y encuentro un libro
titulado "Libro de la Noche esperando la Luz entre las tinieblas de la
Luna y las Estrellas para Merecer el Amanecer."
Abro sus páginas y leo: "El Arcángel de la Luna y el
Arcángel del Amor, cuando conoció a su Selenia, le llenó el Cáliz de Vida, sin
botella ni vino, a la Inmaculada Estrella que parió a la Piedra Filosofal. Le
llenó el Arca de Oro, sin tocarla ni abrirla, sin llave ni oro. Regresó a las
Colinas de Sombras, a resucitar sin Isis ni Anubis. Recordó que para la
restauración hay que mantenerse limpio de cuerpo, alma y corazón. La salvación
del alma esparce la simiente de la Palabra de Vida y Concordia, luchando contra
minotauros, discordia, serpientes, alimañas, gigantes y titanes. Con el miedo
de Elías y el sufrimiento de Jeremías, los errores de Moisés y David, y la
culpa de Judas Iscariote, quiso morir como los mártires, con vino envenenado y
consagrado, resucitando para probar su cordura y buscar a su Luna Selenia, a la
Inmaculada Selenia que, siendo Sol, le llenó el Cáliz de Vida, a la Inmaculada
Estrella que parió a la Piedra Filosofal. Aceptó ser la justicia, sumo
sacerdote de su boda metafísica con la Luna, ermitaño loco que con la fuerza de
su amor la impregnó. Tuvo que decidir entre ángel y demonio, recordando su
templación en la torre. Busca a su Luna y Estrella, comandando a la Centella a
que llueva concordia, para volver a ver a su Estrella Luna Selenia y al Hijo de
Él y Ella, el Kael, hijo de la fuerza vital del Gabriel que fecundó a la
Inmaculada. Regresó a las Colinas de Sombras, viendo destellos de luz entre las
sombras, resucitando por la esperanza de volver a ver a su Luna Selenia. Vio la
concordia lloviendo, y ordenó que lloviera más, viendo la restauración de su
familia terrenal y la esperanza de ser su faro, el poeta y artífice que siempre
ha querido ser, para volver a los brazos de Luna, porque no quiere morir sin
besarla y conjugar sus almas."
Desperté en una ambulancia, rumbo a emergencias. Me
encontraron desmayado frente al Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar
baja y deshidratado. Les pregunté si tenía un libro gris oscuro, titulado
"Libro de la Noche esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las
Estrellas para Merecer el Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto
y unos pergaminos. Tomé los pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos,
todos tenemos un poco.' Un loco iluminado, atado de manos, acusado de delirios
místicos, el poeta Fridoñanti Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio
de Locos, decía que su poesía era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo
intentaban tratar por delirios mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez
Garza, noble y sagrada luna Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba
con aura de estrella, llena de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan
santa como Isis y la Virgen María."
El poeta le dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna
Selenia. Brillo más alto que el color de Ra, y tu brillo de estrella y voz de
soprano me hacen brillar doscientas cincuenta y seis octavas más altas que la
nota Re. Con la fuerza de mi amor verdadero, mis rayos entran en tu vientre de
Estrella, y serás la Octava Mayor, concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y
por nueve lunas la Palabra crecerá Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces.
La Dra. Alejandra de la Vega, psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le
prestara atención, que su apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros,
ojos oscuros y piel bronce, con cara de bello faraón, y su bella voz masculina
paternal, la hacían prestarle atención.
Durante tres días, repitió la letanía, tal vez ciento
cuarenta y cuatro veces. El 28 de abril de 1908, con Mercurio dominando a
Tauro, Josuamairis le dijo que estaba embarazada y nunca había sido tocada por
un hombre. El poeta le dijo que nadie les creería esta Verdad Sagrada. Sus
hermanos, profanos, lo internaron en el manicomio. Sus padres, religiosos pero
profanos, no creen en milagreros. Su pueblo los lincharía. El cura Juan
Martinete no creería en arcángeles encarnados, y el Dr. Diego de la Vega diría que
una fecundación metafísica viola las leyes de la biología. Le preocupa la
reputación de ella y la lengua de su familia.
Ella fue interrogada y cuestionada sobre su relación con
el poeta. Él fue azotado nueve veces. Su familia no creyó que fuera un
iluminado, ni que ella fuera su esposa metafísica. Lo lincharon, el cura
diciendo que no podía haber un arcángel encarnado, y el doctor diciendo que la
fecundación metafísica era fantasía de hechicería.
A los siete años, el poeta resurgió, rezando a san Juan
Cabestran, queriendo disolver sus deudas y pecados, para que lloviera concordia
y naciera el Nuevo Sol. Quiere volver a ver a su esposa y a su criatura,
retomar su vida mística y esparcir la simiente del Supremo Bien. Ella vive y
trabaja en un palacio celeste, en una torre que no fue derribada. Él, como
mago, debe ganarse el pan y resolver cómo volver a su Luna Selenia, su esposa
metafísica, porque fue el mago que le mostró lo Imposible. Nadie, ni su familia,
debe saberlo, porque la Verdad Sagrada no se profana en manos de
profanos."
Y así, los pergaminos contaban la historia de
un amor imposible, de una verdad oculta, de un poeta que buscaba a su Luna, de
un Sol que anhelaba su Estrella. La leyenda, tejida con hilos de locura y
sabiduría, de sueños y realidades, de mitos y verdades, se desplegaba ante mis
ojos, revelando los secretos de un pasado que resonaba en el presente.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
No le hagas
caso a todas las palabras, son solo flujos de palabras y eventos, encriptados o
desencriptados, verdades ocultas de cuentos de hadas, mitologías, misticismo,
religiones, arquetipos, magia, parapsicología, ciencias y psicología. Todo es
un juego de palabras, y solo el corazón interpretará lo que dicen, haciendo lo
que siente, diciendo la verdad, una verdad siempre a medias, como la media luna
de mis sueños.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
Desperté,
estaba en una ambulancia, rumbo a emergencias. Me encontraron desmayado frente
al Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar baja y deshidratado. Les
pregunté si tenía un libro gris oscuro, titulado "Libro de la Noche
esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las Estrellas para Merecer el
Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto y unos pergaminos. Tomé
los pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de
abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco.' Un loco
iluminado, atado de manos, acusado de delirios místicos, el poeta Fridoñanti
Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio de Locos, decía que su poesía
era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo intentaban tratar por delirios
mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez Garza, noble y sagrada luna
Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba con aura de estrella, llena
de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan santa como Isis y la Virgen
María.
El poeta le
dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna Selenia. Brillo más alto que el color
de Ra, y tu brillo de estrella y voz de soprano me hacen brillar doscientas
cincuenta y seis octavas más altas que la nota Re. Con la fuerza de mi amor
verdadero, mis rayos entran en tu vientre de Estrella, y serás la Octava Mayor,
concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y por nueve lunas la Palabra crecerá
Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces. La Dra. Alejandra de la Vega,
psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le prestara atención, que su
apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros, ojos oscuros y piel bronce,
con cara de bello faraón, y su bella voz masculina paternal, la hacían
prestarle atención.
Durante tres
días, repitió la letanía, tal vez ciento cuarenta y cuatro veces. El 28 de
abril de 1908, con Mercurio dominando a Tauro, Josuamairis le dijo que estaba
embarazada y nunca había sido tocada por un hombre. El poeta le dijo que nadie
les creería esta Verdad Sagrada. Sus hermanos, profanos, lo internaron en el
manicomio. Sus padres, religiosos pero profanos, no creen en milagreros. Su
pueblo los lincharía. El cura Juan Martinete no creería en arcángeles
encarnados, y el Dr. Diego de la Vega diría que una fecundación metafísica
viola las leyes de la biología. Le preocupa la reputación de ella y la lengua
de su familia.
Ella fue
interrogada y cuestionada sobre su relación con el poeta. Él fue azotado nueve
veces. Su familia no creyó que fuera un iluminado, ni que ella fuera su esposa
metafísica. Lo lincharon, el cura diciendo que no podía haber un arcángel
encarnado, y el doctor diciendo que la fecundación metafísica era fantasía de
hechicería.
A los siete
años, el poeta resurgió, rezando a san Juan Cabestran, queriendo disolver sus
deudas y pecados, para que lloviera concordia y naciera el Nuevo Sol. Quiere
volver a ver a su esposa y a su criatura, retomar su vida mística y esparcir la
simiente del Supremo Bien. Ella vive y trabaja en un palacio celeste, en una
torre que no fue derribada. Él, como mago, debe ganarse el pan y resolver cómo
volver a su Luna Selenia, su esposa metafísica, porque fue el mago que le
mostró lo Imposible. Nadie, ni su familia, debe saberlo, porque la Verdad
Sagrada no se profana en manos de profanos."
Y así, los
pergaminos contaban la historia de un amor imposible, de una verdad oculta, de
un poeta que buscaba a su Luna, de un Sol que anhelaba su Estrella. La leyenda,
tejida con hilos de locura y sabiduría, de sueños y realidades, de mitos y
verdades, se desplegaba ante mis ojos, revelando los secretos de un pasado que
resonaba en el presente.
El poeta,
confundido, con el cofre en sus manos, despliega los pergaminos, de tiempos muy
lejanos. La historia de Fridoñanti, un eco del pasado, un poeta encerrado, por
su amor sagrado.
En el antiguo
sanatorio, de la isla de San Juan, Fridoñanti, el visionario, clama ser un
titán. A Josuamairis, su enfermera, la Luna amada, le declara su amor, en una
noche estrellada.
"Soy el
Sol", le repite, "y tú, Luna Selenia, en tu vientre de estrella, la
vida se apremia. Un nuevo Sol nacerá, de nuestro amor divino, y la Tierra
florecerá, en un nuevo camino".
La ciencia y
la religión, lo tachan de herejía, pero el amor verdadero, desafía la agonía.
Nueve veces azotado, por su verbo encendido, Fridoñanti, el poeta, no se siente
vencido.
Siete años
después, resucita entre sombras, con la misión de encontrar, a su Luna sin
nombre. En una torre celeste, su amada le espera, y el poeta, cual mago, busca
abrir la esfera.
Con la magia
de su arte, el pan se ganará, y a su Luna Selenia, de nuevo abrazará. La verdad
sagrada, en secreto guardará, para que los profanos, no la puedan profanar.
El poeta
despierta, en la ambulancia veloz, con el cofre y pergaminos, de un pasado
feroz. La leyenda continúa, en un laberinto incierto, donde el Sol y la Luna,
buscan su reencuentro.
En la noche
esperando, la luz del amanecer, el poeta sigue buscando, su amor, su poder. La
leyenda se despliega, en versos alejandrinos, un viaje a través del tiempo, y
los sueños divinos.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
No le hagas
caso a todas las palabras, son solo flujos de palabras y eventos, encriptados o
desencriptados, verdades ocultas de cuentos de hadas, mitologías, misticismo,
religiones, arquetipos, magia, parapsicología, ciencias y psicología. Todo es
un juego de palabras, y solo el corazón interpretará lo que dicen, haciendo lo
que siente, diciendo la verdad, una verdad siempre a medias, como la media luna
de mis sueños.
Así contó
esta leyenda, nacida en mis ensoñaciones, cuando canto a la luna, que sus rayos
me dictaron esta historia. Como si hubiera vencido a Fóbetor, y los sueños de
Fántaso y Morfeo me hubieran guiado.
Desperté,
estaba en una ambulancia, rumbo a emergencias. Me encontraron desmayado frente
al Castillo San Felipe del Morro, con la azúcar baja y deshidratado. Les
pregunté si tenía un libro gris oscuro, titulado "Libro de la Noche
esperando la Luz entre las tinieblas de la Luna y las Estrellas para Merecer el
Amanecer." Me dijeron que no, solo un cofre roto y unos pergaminos. Tomé
los pergaminos y leí la bella poesía de hechicería:
"28 de
abril de 1908. 'De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco.' Un loco
iluminado, atado de manos, acusado de delirios místicos, el poeta Fridoñanti
Josué Paella Ruiz, en la Antigua Casa Sanatorio de Locos, decía que su poesía
era su laboratorio alquimista. Desde 1901, lo intentaban tratar por delirios
mesiánicos. La enfermera Josuamairis Gunsálvelez Garza, noble y sagrada luna
Selenia, bella, de corazón de compasión, brillaba con aura de estrella, llena
de concordia y sabiduría, como la Luna y Sofía, tan santa como Isis y la Virgen
María.
El poeta le
dijo: 'Yo soy el Sol, y Tú eres la Luna Selenia. Brillo más alto que el color
de Ra, y tu brillo de estrella y voz de soprano me hacen brillar doscientas
cincuenta y seis octavas más altas que la nota Re. Con la fuerza de mi amor
verdadero, mis rayos entran en tu vientre de Estrella, y serás la Octava Mayor,
concibiendo inmaculadamente al Nuevo Sol, y por nueve lunas la Palabra crecerá
Viva en tu Vientre.' Lo repitió doce veces. La Dra. Alejandra de la Vega,
psiquiatra, le dijo a Josuamairis que no le prestara atención, que su
apariencia caucásica mediterránea, cabellos negros, ojos oscuros y piel bronce,
con cara de bello faraón, y su bella voz masculina paternal, la hacían
prestarle atención.
Durante tres
días, repitió la letanía, tal vez ciento cuarenta y cuatro veces. El 28 de
abril de 1908, con Mercurio dominando a Tauro, Josuamairis le dijo que estaba
embarazada y nunca había sido tocada por un hombre. El poeta le dijo que nadie
les creería esta Verdad Sagrada. Sus hermanos, profanos, lo internaron en el
manicomio. Sus padres, religiosos pero profanos, no creen en milagreros. Su
pueblo los lincharía. El cura Juan Martinete no creería en arcángeles
encarnados, y el Dr. Diego de la Vega diría que una fecundación metafísica
viola las leyes de la biología. Le preocupa la reputación de ella y la lengua
de su familia.
Ella fue
interrogada y cuestionada sobre su relación con el poeta. Él fue azotado nueve
veces. Su familia no creyó que fuera un iluminado, ni que ella fuera su esposa
metafísica. Lo lincharon, el cura diciendo que no podía haber un arcángel
encarnado, y el doctor diciendo que la fecundación metafísica era fantasía de
hechicería.
A los siete
años, el poeta resurgió, rezando a san Juan Cabestran, queriendo disolver sus
deudas y pecados, para que lloviera concordia y naciera el Nuevo Sol. Quiere
volver a ver a su esposa y a su criatura, retomar su vida mística y esparcir la
simiente del Supremo Bien. Ella vive y trabaja en un palacio celeste, en una
torre que no fue derribada. Él, como mago, debe ganarse el pan y resolver cómo
volver a su Luna Selenia, su esposa metafísica, porque fue el mago que le
mostró lo Imposible. Nadie, ni su familia, debe saberlo, porque la Verdad
Sagrada no se profana en manos de profanos."
Y así, los
pergaminos contaban la historia de un amor imposible, de una verdad oculta, de
un poeta que buscaba a su Luna, de un Sol que anhelaba su Estrella. La leyenda,
tejida con hilos de locura y sabiduría, de sueños y realidades, de mitos y
verdades, se desplegaba ante mis ojos, revelando los secretos de un pasado que
resonaba en el presente.
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