Un Nadie que quiere Ser, poema
Un Nadie que quiere Ser, poema
Estar aquí presente,
mas no ser
intrínsecamente,
estar y no Ser, ser
nadie,
pero que quiere Ser.
Estar muy presente,
y no ser
completamente,
sólo ser porque esto
escribo,
ser ante mi padecer,
ser ante mi padecer,
mas no Ser, se nadie;
ser sólo cuando
escribo,
para ver si alguna
vez,
se acerca algún
alguien
y lee el poema de
Nadie,
ese nadie que quiere
Ser.
Tal vez nada escribo,
hoy, en este domingo,
tal vez nada digo,
tal vez sí soy Nadie
escribiendo de nadie
para ser una vez
alguien,
por un lector
venidero,
aun que a nadie le
importe
nada que Nadie
escriba.
Nadie soy, nadie me
lo diga,
pero, recuerda
aquella viga
que tienes dentro del
ojo.
Pues en verdad, nadie
soy
no obstante, eso es
hoy,
mas ha de haber un
mañana.
Pues sí, un Nadie
soy,
soy de ningún lugar
con ningún
pensamiento,
pero sí con
sentimientos
y a veces, ganas de
llorar.
Nadie es de la nada,
Nadie es de la
sinrazón,
porque nadie razona
sobre la razón de
Nadie,
aunque, en verdad,
alguien,
tenga mucho corazón.
La nada soy y existo,
existo, estoy y
quiero ser,
estar no implica ser,
pues, ese es mi
parecer.
Ser es el pensamiento
y pasar al
firmamento,
y acompañar a las
estrellas.
Ser es la mañana
bella,
Ser es estar en un
poema,
Ser es cantar alguna
canción,
Ser es el batir del
corazón,
Ser es la pintura
bella,
Ser es la buena
literatura,
Ser es la virtuosa
escultura,
Ser es lo que
perdura,
lo que todos admiran.
Ser, aún no soy,
pero seré, algún día,
cuando vuele el alma
mía,
y yo esté en la
lejanía,
y quede esta poesía,
y como vuelo de
paloma,
el buen lector que se
asoma,
me traiga del
oscurecer
para nunca
desaparecer
y no esfumarme
olvidado.
¡Qué nacer no sea en
vano!
¡Qué valga el haber
nacido!
¡Qué tan sólo quiero
Ser,
tan solo ser
recordado,
y no morir en el
olvido!
Soneto I: La paradoja
del Ser
Estoy aquí, mas nadie
soy en esencia,
un ser que quiere ser y
en vano está,
en este aquí presente la nada va,
buscando ser la luz de
mi existencia.
Yo quiero ser, mas soy
la indiferencia
de un "nadie"
que el ser mismo le negará,
mi solo ser, en el
escribir está,
y así lucho con mi gran dolencia.
Que al verme así de
frente a mi penar,
solo soy alguien cuando
yo me escribo,
para ver si un alma se
acerca a mirar el poema
de un nadie que sigue
vivo,
buscando un ser que
logre recordar
que no es de nadie este
lugar que habito.
Soneto II: La escritura
y el olvido
Yo escribo, sí, mi verso
en este día,
quizás soy el "Nadie" que de nadie
escribe,
buscando ser un ser que
aún sobrevive,
en la espera de una
memoria mía.
Tal vez, mi voz no importe,
mi poesía
no mueva un alma, y el
olvido arribe,
pero a pesar del tiempo
que me prive,
el mañana ha de ser mi
sinfonía.
Porque, Nadie soy, sí,
pero con ganas,
de hallar la luz de una verdad interna,
con sentimientos que se
van en vano,
y un corazón que en su
dolor se quema.
Aunque sea de la nada el
que hoy razona,
el ser de otro, su
verdad me perdona.
Soneto III: El deseo de
perdurar
Ser, es el pensamiento
que perdura,
es alcanzar la estrella
que palpita,
ser es la buena y virtuosa escritura, S
er es ser en la obra más
bendita.
Yo no soy el ser de la
mañana pura,
pero mi alma, a la eternidad me invita,
para que en esta rima que me cura,
el olvido al final me lo
remita.
Cuando mi alma en su
vuelo se aleje,
y yo me encuentre en la
lejanía,
que mi poema al mundo un
eco deje,
y el buen lector me saque de agonía.
Que mi nacer no sea solo
un reflejo,
y no muera en el olvido de este día.
Fernando José Padilla
donfjp fjp
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