Versos racionales y otros
"Versos racionales y otros":
El documento contiene una
colección de poemas que exploran temas como la sublimación de emociones y
ansiedades en arte, poesía, música y otras actividades. Los versos reflejan la
lucha interna del poeta por transformar sus manías, tristezas, ansiedad y locura
en creatividad y cordura . También se aborda la incertidumbre poética y la
búsqueda de la esencia de la poesía en la posmodernidad . Además, hay
reflexiones sobre la vida después de la muerte desde diferentes perspectivas
culturales y religiosas, incluyendo la egipcia y la cristiana . Otros poemas
tratan sobre la angustia existencial y la demencia, mostrando cómo estas
emociones pueden ser canalizadas en arte y creatividad .
Versos racionales
De
músicos, poetas y locos
todos
tenemos un poco.
refrán
Sublimo mis manías en
arte o poesía,
sublimo mis tristezas en
obras de arte o poemas,
sublimo mi ansiedad en
creatividad,
mi locura como ninguna
la sublimo en verso,
mi locura como ninguna
la sublimo en arte,
sublimo mi animalidad en
arte o poesía.
Se subliman las
ansiedades en ciencias,
se sublima las
ansiedades en tareas,
también se subliman en
lo laboral,
se canalizan en
deportes,
otros no las canalizan
en nada,
otros en nocivas
adicciones,
o las descargan en
contra del prójimo,
otros en buena diversión
otros en enfermiza
diversión.
También se sublima en
música,
la más bella de todas
las artes,
también es la peor
cuando
se pretende decir que el
ruido
también es algún tipo de
música,
con este verso hago una
súplica
de que sublimes y
canalices tus "locuras"
en grandes actos de
cordura
de hobbies o tareas en
bienestar propio
y en bienestar hacia
todos los demás,
y no en el fastidio
hacia los demás.
Sublimo mi faunalidad en apolinidad,
o por lo menos es lo que
siempre intento
con la meta de ser menos
animal
y siempre ser más
apolíneo,
para alcanzar la mercuralidad
de transmutarme en un
Hermes Mercúrico,
que valga la pena que
haya renacido
de las entrañas de la
Tierra
tal como un Plutón que
estalló como Vulcano,
que fue templado por la veneridad de Venus
para ascender al cielo
cual Júpiter
y ser jovial y no
fulminar con el rayo que cae
sino como el rayo que
sube y asciende
hasta llegar a la Luna
para amarla
y convertirme en un Sol
cuando la Luna
ya me haya eclipsado y
ser la Luna de la Noche,
y ser el Sol que brilla
para todos en los días
mientras soy un Mercurio
de la vida.
En estos versos
confieso,
que soy apolíneo como
Febo,
que soy animal como
Fauno
que aspira a evolucionar
a ser un iluminado
Mercurio,
quien como Sol en el
día,
quien como Estrella y
Luna
en las noches como suave
luz
entre todas las
tinieblas.
Con éstos versos hago la
súplica
que en el corazón entre
la música
de sublimar los defectos
en acciones o palabras
que haga de uno un mejor
ser
para beneficio de la
humanidad.
Incertidumbre
poética
La certeza no es cosa
consabida,
no sabemos a dónde va
el alma,
después que abandonó
el cuerpo en huida,
sólo nos queda juntar
las palmas
y rezar que vaya a un
lugar mejor,
sólo imaginamos que
va algún lugar,
a algún lugar del
universo,
según mi religión,
como aliento al corazón,
dependiendo de cómo
fuiste en vida,
vas al infierno, al
purgatorio o al paraíso.
Los antiguos griegos
creían
que todas las almas
iban al Hades
o un Inframundo,
destino de sufrimiento;
los antiguos romanos
decía que era al Averno,
y que los héroes iban
a los Elíseos.
Para los antiguos
egipcios del Imperio Nuevo,
además del faraón,
todo el que pudiera costear
el proceso de
momificación
podía tener la
consolación
y por fe llegar a la
aspiración
de que su cuerpo
preservado
pudiera —después de
ser juzgado
por los
correspondientes dioses—
su alma, corazón y
fuerza vital
llegar a volver a
reunirse
todos en su cuerpo
momificado,
lo que implica que
volvería a la vida
y pasar a vivir en
con Osiris
a la eternidad en el
mundo Aaru
— el paraíso según
los antiguos egipcios—
para ese más allá
poder habitar,
el corazón del
difunto tenía que llegar
en manos de Anubis u
Horus
—un dios o el otro
como psicopompos—
psicopompos:
conductor de las almas,
y estar presente en
la Confesión de Maat
—esa sala de tribunal
de cuarenta y dos dioses
que juzgan el corazón
pesándola en la balanza—
esa psicostasis o
psicostasia,
— pesaje de las
almas—
si no iguala el peso
contra la pluma de Maat,
Maat —la justica y las cosas como deben ser—
no se reúnen el
"ba" (la fuerza vital)
con el "ka"
(la
fuerza anímica)
en el cuerpo momificado
formando nuevamente
el "akh" (el ser benéfico ontológico),
y no pasa a vivir al paraíso-Aaru,
y entonces sería
devorado,
el
"alma-corazón" por un monstruo
quimérico con cabeza
de cocodrilo,
cuerpo frontal y
melena de león,
con parte trasera de
hipopótamo,
ese monstruo
quimérico
que tiene por nombre
Ammit
cuyo nombre tiene por significado
"la devoradora de muertos"
o "la devoradora del
"alma-corazón"",
si te devora ese monstruo
pasarías a ser parte de la nada,
y la nada, pues, no existe,
el mismo destino de la gente
que no pudo momificar su cuerpo.
Los resultados del juicio
contra la pluma de Maat
ante la presencia del dios Osiris
son anotados por el dios escriba Tot.
Las momias egipcias
siguen tan muertas
e inertes como siempre;
no regresaron a la vida
para irse al paraíso egipcio,
así que no hay certeza
de que los cuerpos vuelven
a la vida después de muertos.
No sé cómo millonarios
excéntricos pagan para ser
criogenizados para ser
resucitados por la religión
de los grandes escépticos:
la ciencia; bajo la creencia
que la muerte es una enfermedad
que va a ser curada alguna vez,
eso muestra que la ciencia
sigue siendo en el fondo
una gran moderna alquimia
que sigue buscando el elixir,
el elixir de la vida perpetua,
y el oro bebible que cura todo.
La
Psicostasis, Psicostasia
o el Pesaje de
las Almas,
forma parte de
la iconografía
cristiana del
Juicio Final.
La creencia
cristiana es que el alma
sobrevive como
ente después de la muerte,
y su salvación
o condenación
dependerá del
peso de los pecados
contra las
buenas obras
en la balanza
de Dios
en la cual
pesan el alma
San Miguel
Arcángel
junto con el
diablo,
es la balanza
del Juicio Final,
en la que
juzgan la vida terrenal.
En la escena iconográfica
San Miguel
figura como psicopompos,
y se encarga
de pesar tus obras en una balanza
con dos
platillos donde se disponen
las buenas y
las malas acciones.
El diablo
interviene intentando
inclinar el
platillo de las malas obras
a su lado por artimañas para llevarse el alma.
La iconografía
suele completarse,
con momentos
del Juicio Final,
con la espera
de las almas
que van a ser
juzgadas a un lado,
y al otro las
de los justos dirigiéndose al cielo,
y las de los condenados al infierno,
donde son
engullidas por la gran boca de Leviatán.
Hay que
observar muy bien
que la
iconografía cristiana
se parece a la
egipcia,
así que me
lleva a la incertidumbre
de que mis
creencias católicas
son
modificaciones cristianas
de creencias
paganas,
lo que me deja
que mi fe
también puede
ser un montón de patrañas.
Y qué certeza tiene
la gente sobre lo futuro,
sólo prevemos algunas
cosas
por la lógica de que
ciertos factores
que tienen ciertas
consecuencias,
pero la mayor parte
de lo que acontece
no es nada de lo que
nos parece
porque la
incertidumbre
es la mayor constante
del mundo.
¿Qué certeza tiene el
poeta de lo que es poesía?
No soy conocedor de
poesía contemporánea,
ni vanguardista, ni
posmoderna?
Lo más vanguardista
es la anti-poesía,
y mi verso no tiene
carácter en ese universo,
y para colmo poético
es la incertidumbre
poética, no saber qué
es en realidad poético,
para el hombre
moderno o posmoderno
es difícil tener
certeza de lo que es poesía,
no como el caso del
Siglo de Oro en sus días
cuando Lope de Vega
le explica en soneto,
le explica a Violante
qué es un soneto
paso a paso en un
soneto que describe en verso
cada característica
de lo que es el soneto,
una verdadera metapoesía,
en el caso de Lope de
Vega:
un metasoneto que describe
dentro de un soneto
qué es un soneto.
Eso era en su tiempo
era saber lo que es
poesía,
en la posmodernidad,
no sabemos de dónde
venimos
ni hacia dónde vamos,
mucho menos hay
certeza
de lo que es
realmente poesía,
la pesadumbre de la
incertidumbre
de la vida se le complica
al poeta
al mostrar su
incertidumbre poética.
Manicomio
En verdad, un
sanatorio
es un verdadero
jolgorio
que cada locura
enajenada
que inventa hermosas
demencias
para soportar la
existencia,
nada como la demencia
buena.
Angustias
Las flores se ven mustias,
no sé si sea por mi angustia,
esa llamada angustia existencial.
Qué triste se ve el platanal,
ese verdor no me tranquiliza,
es que la vida deprisa
mata de frente a la felicidad.
Esa llamada angustia existencial,
la angustia de ser un ser
consciente
que llora muy sonriente
ante la inevitable amargura,
toda esa inmensa tortura
que inventa mucha arte
para que no se espante
en la búsqueda de la felicidad.
Versos racionales
De
músicos, poetas y locos
todos
tenemos un poco.
refrán
Sublimo mis manías en
arte o poesía,
sublimo mis tristezas en
obras de arte o poemas,
sublimo mi ansiedad en
creatividad,
mi locura como ninguna
la sublimo en verso,
mi locura como ninguna
la sublimo en arte,
sublimo mi animalidad en
arte o poesía.
Se subliman las
ansiedades en ciencias,
se sublima las
ansiedades en tareas,
también se subliman en
lo laboral,
se canalizan en
deportes,
otros no las canalizan
en nada,
otros en nocivas
adicciones,
o las descargan en
contra del prójimo,
otros en buena diversión
otros en enfermiza
diversión.
También se sublima en
música,
la más bella de todas
las artes,
también es la peor
cuando
se pretende decir que el
ruido
también es algún tipo de
música,
con este verso hago una
súplica
de que sublimes y
canalices tus "locuras"
en grandes actos de
cordura
de hobbies o tareas en
bienestar propio
y en bienestar hacia
todos los demás,
y no en el fastidio
hacia los demás.
Sublimo mi faunalidad en apolinidad,
o por lo menos es lo que
siempre intento
con la meta de ser menos
animal
y siempre ser más
apolíneo,
para alcanzar la mercuralidad
de transmutarme en un
Hermes Mercúrico,
que valga la pena que
haya renacido
de las entrañas de la
Tierra
tal como un Plutón que
estalló como Vulcano,
que fue templado por la veneridad de Venus
para ascender al cielo
cual Júpiter
y ser jovial y no
fulminar con el rayo que cae
sino como el rayo que
sube y asciende
hasta llegar a la Luna
para amarla
y convertirme en un Sol
cuando la Luna
ya me haya eclipsado y
ser la Luna de la Noche,
y ser el Sol que brilla
para todos en los días
mientras soy un Mercurio
de la vida.
En estos versos
confieso,
que soy apolíneo como
Febo,
que soy animal como
Fauno
que aspira a evolucionar
a ser un iluminado
Mercurio,
quien como Sol en el
día,
quien como Estrella y
Luna
en las noches como suave
luz
entre todas las
tinieblas.
Con éstos versos hago la
súplica
que en el corazón entre
la música
de sublimar los defectos
en acciones o palabras
que haga de uno un mejor
ser
para beneficio de la
humanidad.
Incertidumbre
poética
La certeza no es cosa
consabida,
no sabemos a dónde va
el alma,
después que abandonó
el cuerpo en huida,
sólo nos queda juntar
las palmas
y rezar que vaya a un
lugar mejor,
sólo imaginamos que
va algún lugar,
a algún lugar del
universo,
según mi religión,
como aliento al corazón,
dependiendo de cómo
fuiste en vida,
vas al infierno, al
purgatorio o al paraíso.
Los antiguos griegos
creían
que todas las almas
iban al Hades
o un Inframundo,
destino de sufrimiento;
los antiguos romanos
decía que era al Averno,
y que los héroes iban
a los Elíseos.
Para los antiguos
egipcios del Imperio Nuevo,
además del faraón,
todo el que pudiera costear
el proceso de
momificación
podía tener la
consolación
y por fe llegar a la
aspiración
de que su cuerpo
preservado
pudiera —después de
ser juzgado
por los
correspondientes dioses—
su alma, corazón y
fuerza vital
llegar a volver a
reunirse
todos en su cuerpo
momificado,
lo que implica que
volvería a la vida
y pasar a vivir en
con Osiris
a la eternidad en el
mundo Aaru
— el paraíso según
los antiguos egipcios—
para ese más allá
poder habitar,
el corazón del
difunto tenía que llegar
en manos de Anubis u
Horus
—un dios o el otro
como psicopompos—
psicopompos:
conductor de las almas,
y estar presente en
la Confesión de Maat
—esa sala de tribunal
de cuarenta y dos dioses
que juzgan el corazón
pesándola en la balanza—
esa psicostasis o psicostasia,
— pesaje de las
almas—
si no iguala el peso
contra la pluma de Maat,
Maat —la justica y las cosas como deben ser—
no se reúnen el
"ba" (la fuerza vital)
con el "ka"
(la
fuerza anímica)
en el cuerpo momificado
formando nuevamente
el "akh" (el ser benéfico ontológico),
y no pasa a vivir al paraíso-Aaru,
y entonces sería
devorado,
el
"alma-corazón" por un monstruo
quimérico con cabeza
de cocodrilo,
cuerpo frontal y
melena de león,
con parte trasera de
hipopótamo,
ese monstruo
quimérico
que tiene por nombre
Ammit
cuyo nombre tiene por significado
"la devoradora de muertos"
o "la devoradora del
"alma-corazón"",
si te devora ese monstruo
pasarías a ser parte de la nada,
y la nada, pues, no existe,
el mismo destino de la gente
que no pudo momificar su cuerpo.
Los resultados del juicio
contra la pluma de Maat
ante la presencia del dios Osiris
son anotados por el dios escriba Tot.
Las momias egipcias
siguen tan muertas
e inertes como siempre;
no regresaron a la vida
para irse al paraíso egipcio,
así que no hay certeza
de que los cuerpos vuelven
a la vida después de muertos.
No sé cómo millonarios
excéntricos pagan para ser
criogenizados para ser
resucitados por la religión
de los grandes escépticos:
la ciencia; bajo la creencia
que la muerte es una enfermedad
que va a ser curada alguna vez,
eso muestra que la ciencia
sigue siendo en el fondo
una gran moderna alquimia
que sigue buscando el elixir,
el elixir de la vida perpetua,
y el oro bebible que cura todo.
La
Psicostasis, Psicostasia
o el Pesaje de
las Almas,
forma parte de
la iconografía
cristiana del
Juicio Final.
La creencia
cristiana es que el alma
sobrevive como
ente después de la muerte,
y su salvación
o condenación
dependerá del
peso de los pecados
contra las
buenas obras
en la balanza
de Dios
en la cual
pesan el alma
San Miguel
Arcángel
junto con el
diablo,
es la balanza
del Juicio Final,
en la que
juzgan la vida terrenal.
En la escena
iconográfica
San Miguel
figura como psicopompos,
y se encarga
de pesar tus obras en una balanza
con dos
platillos donde se disponen
las buenas y
las malas acciones.
El diablo
interviene intentando
inclinar el
platillo de las malas obras
a su lado por artimañas para llevarse el alma.
La iconografía
suele completarse,
con momentos
del Juicio Final,
con la espera
de las almas
que van a ser
juzgadas a un lado,
y al otro las
de los justos dirigiéndose al cielo,
y las de los condenados al infierno,
donde son
engullidas por la gran boca de Leviatán.
Hay que
observar muy bien
que la
iconografía cristiana
se parece a la
egipcia,
así que me
lleva a la incertidumbre
de que mis
creencias católicas
son
modificaciones cristianas
de creencias
paganas,
lo que me deja
que mi fe
también puede
ser un montón de patrañas.
Y qué certeza tiene
la gente sobre lo futuro,
sólo prevemos algunas
cosas
por la lógica de que
ciertos factores
que tienen ciertas
consecuencias,
pero la mayor parte
de lo que acontece
no es nada de lo que
nos parece
porque la
incertidumbre
es la mayor constante
del mundo.
¿Qué certeza tiene el
poeta de lo que es poesía?
No soy conocedor de
poesía contemporánea,
ni vanguardista, ni
posmoderna?
Lo más vanguardista
es la anti-poesía,
y mi verso no tiene
carácter en ese universo,
y para colmo poético
es la incertidumbre
poética, no saber qué
es en realidad poético,
para el hombre
moderno o posmoderno
es difícil tener
certeza de lo que es poesía,
no como el caso del
Siglo de Oro en sus días
cuando Lope de Vega
le explica en soneto,
le explica a Violante
qué es un soneto
paso a paso en un
soneto que describe en verso
cada característica
de lo que es el soneto,
una verdadera metapoesía,
en el caso de Lope de
Vega:
un metasoneto que describe
dentro de un soneto
qué es un soneto.
Eso era en su tiempo
era saber lo que es
poesía,
en la posmodernidad,
no sabemos de dónde
venimos
ni hacia dónde vamos,
mucho menos hay
certeza
de lo que es
realmente poesía,
la pesadumbre de la
incertidumbre
de la vida se le
complica al poeta
al mostrar su
incertidumbre poética.
Manicomio
En verdad, un
sanatorio
es un verdadero
jolgorio
que cada locura
enajenada
que inventa hermosas
demencias
para soportar la
existencia,
nada como la demencia
buena.
Angustias
Las flores se ven mustias,
no sé si sea por mi angustia,
esa llamada angustia existencial.
Qué triste se ve el platanal,
ese verdor no me tranquiliza,
es que la vida deprisa
mata de frente a la felicidad.
Esa llamada angustia existencial,
la angustia de ser un ser
consciente
que llora muy sonriente
ante la inevitable amargura,
toda esa inmensa tortura
que inventa mucha arte
para que no se espante
en la búsqueda de la felicidad.
Fernando José Padilla donfjp fjp
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