Fridonanti, Godofredo Poemas

 




Poema I

 

 

 

A mi Luna Selenia, de plata resplandor,

más bella que Sofía, en su eterno fulgor.

Estrella de la mañana, en busca de tu andar,

¿un Sol o una Estrella, tu vientre fue a gestar?

 

A la Vida y la Causa, que versos me ha de dar,

y a la Madre Tierra, nuestro único hogar.

Semilla de esperanza, de paz y de bondad,

 

que crece en nuestro suelo, con fiel fraternidad.

De músicos, poetas, y locos, un crisol,

la verdad, niños, locos, borrachos, dan su rol.

 

 

 

Poema II

 

La verdad, niños, locos, borrachos, dan su rol.

La locura, un elogio, si el loco ha de aceptar,

y el sabio, con sonrisa, su asno ha de mostrar.

La piedra filosofal, quimera sin razón,

despreciada por malvados, de oscura condición.

 

Mas Sethon, el alquimista, su juicio ha de elevar,

que Dios no da su secreto a quien no ha de amar.

Así cuenta la leyenda, en sueños y en canción,

que la Luna, con sus rayos, me dio inspiración.

 

Vencí a Fóbetor, y Morfeo me guió, en sueños,

la leyenda, mi alma recibió.En Patella,

 

la hacienda, de blanco hueso y sol,

Eudora, nereida enferma, su rostro vio su rol.

Ocho hijos, cual mitos, su vientre ha de entregar.

 

 

Poema III

 

 

Ocho hijos, cual mitos,su vientre ha de entregar,

 y veinticuatro almas, su duelo han de llorar.

Cuarenta y ocho niños, con nombres de otro ayer,

Odín, Freya, Hamlet, en su infantil poder.

 

Asclepios, el médico, y Ruperto, el cura fiel,

testigos de un milagro, que el tiempo ha de ver.

Sigfrido, con sus manos, a Eudora ha de tocar,

y el hedor a carroña, en rosas ha de tornar.

 

Un milagro de pureza, su alma ha de mostrar,

 y en una botella, sus versos ha de echar.

"Y un hedor a carne podrida, el aire ha de inundar,

 

de una pobre señora, que el cáncer ha de dañar.

Un joven, con su mano, su alma ha de tocar,

y el hedor se transforma, en rosas al pasar."

 

 

Poema IV

 

"Y el hedor se transforma, en rosas al pasar."

Godofredo, el hermano, la botella encontró,

y la historia de Sigfrido, su alma resonó.

El cura y el médico, al joven condenaron,

 

y en la hoguera, su inocencia, al fuego entregaron.

Godofredo, de Fridoñati, su historia ha de saber,

y en arcas, sus escritos, los ha de proteger.

El poeta, en su sueño, los ha de encontrar,

 

y al cura Martino, la historia ha de contar. "

Bendita sea tu pureza, luna de claridad,

Josuamairis, mi doncella, mi eterna deidad.

 

En el hospital, mis versos, tu alma han de tocar,

 y en la locura aparente, la verdad hallar."

"Soy el Sol, tú la Luna, mi luz te ha de impregnar,

 

 

 

Poema V

 

"Soy el Sol, tú la Luna, mi luz te ha de impregnar,

 y el eclipse imposible, al mundo ha de mostrar.

Los Arcángeles, la lluvia, y el trueno han de enviar,

y Jesús, el Sol que brilla, por toda la verdad."

 

"Mírame con compasión, mi Luna, no te alejes,

fui el mago que en tus diamantes, mi luz dejó de breves.

Me dejaste abandonado, en la locura cruel,

para probar al mundo, que eres Madre y fiel."

 

"Treinta y ocho inviernos, mi alma han de sentir,

y a las lunas de sangre, amor les he de pedir.

Solté al dragón Pitón, que el mundo ha de armonizar,

 

y el amor, sobre el rencor, ha de triunfar."

"La Gran Obra, juntos, hemos de realizar,

 y la Ciencia, la Religión, hemos de reconciliar.

 

 

 

Poema VI

 

 

Y la Ciencia, la Religión, hemos de reconciliar.

 Las Llaves del Edén, y el Purgatorio hallar,

 y en la Utopía, juntos, hemos de brillar."

 Fridoñati, sus versos, con firma ha de dejar,

 

y Godofredo, sus escritos, ha de guardar.

El cura Martino, la historia ha de escuchar,

 y en sus archivos sagrados, los ha de guardar.

 "El Sol, cual milagrero, su semilla ha de sembrar,

 

y la Luna, inmaculada, un nuevo Sol ha de dar.

 El Sol muere, mas su semilla ha de crecer,

 y la verdad, al mundo, ha de ofrecer."

 

"Recordando a mi Isis Sofía, mi Luna Selenia,

mis versos, cual hechizos, tu vientre han de llenar.

 

 

Poema VII

 

 

Mis versos, cual hechizos, tu vientre han de llenar.

 Partenomatriz sagrada, de un nuevo amanecer,

 la Ciencia, la Religión, hemos de comprender."

"La Piedra Filosofal, el amor verdadero,

 

y el Carro del Sol, estable, en su sendero.

La Andrómeda esperada, la Constelación Virgo,

Madre y Virgen, juntas, en un eterno abrigo."

"El Hijo de la Luz, la Navidad ha de traer,

 

y el Azogue Alquímico, con el Fuego ha de vencer.

La semilla de Concordia, en la Tierra ha de brotar,

y el Amor Verdadero, para siempre ha de reinar."

 

"El mago, a su Doncella, el eclipse ha de mostrar,

 y su canto lobuno, a la Luna ha de llamar.

 

 

Poema VIII

 

Y su canto lobuno, a la Luna ha de llamar.

En la angustia suertuda, a Ella ha de retornar,

 y la Gran Obra, juntos, han de lograr."

"La Ciencia, la Religión, y la Parapsicología,

 

en versos de hechicería,

hemos de reconciliar.

Los nueve truenos, tu nombre, han de borrar,

y en la locura fingida, te he de buscar."

 

 "En abril, Sol en Tauro, la leyenda ha de contar,

que la Luna Selenia, un nuevo Sol ha de dar.

 El Sol, cual Centella, su verdad ha de mostrar,

 

y a su Estrella amada, ha de buscar."

"Sol de verano, clama, la brisa de soprano,

por su Luna Selenia, que su voz ha de escuchar.

 

 

 

Poema IX

 

 

Por su Luna Selenia, que su voz ha de escuchar.

Que la concordia llueva, y disuelva todo arcano,

y los corazones de oro, en plenitud han de brillar."

El cura Martino, los documentos ha de enviar,

 

al Papa y al Obispo, la historia ha de contar.

Y las autoridades, la verdad han de buscar,

para pulir la doctrina, y la fe preservar.

 

Así cuenta la leyenda, en sueños y en canción,

que la Luna, con sus rayos, me dio inspiración.

Vencí a Fóbetor, y Morfeo me guió, en sueños,

 la leyenda, mi alma recibió.

 

En Patella, la hacienda, de blanco hueso y sol,

Eudora, nereida enferma, su rostro vio su rol.

Ocho hijos, cual mitos, su vientre ha de entregar.

 

 

 

Poema X

 

 

Ocho hijos, cual mitos, su vientre ha de entregar,

y veinticuatro almas, su duelo han de llorar.

 Cuarenta y ocho niños, con nombres de otro ayer,

 

Odín, Freya, Hamlet, en su infantil poder.

Asclepios, el médico, y Ruperto, el cura fiel,

 testigos de un milagro, que el tiempo ha de ver.

 

Sigfrido, con sus manos, a Eudora ha de tocar,

y el hedor a carroña, en rosas ha de tornar.

Un milagro de pureza, su alma ha de mostrar,

y en una botella, sus versos ha de echar.

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