En torre oscura
En torre oscura, el sol su llanto encierra,
prisionero de amor, de penas atado.
La luna, su amada, en lejano
sendero,
por abismos de hielo y lava separada.
Su luz, antes fulgor, ahora es ceniza,
su calor, gélido invierno.
El cielo, testigo mudo de su agonía,
llora con él en un eterno invierno.
La noche, su rival, se burla y se ríe,
mientras él, desolado, en tinieblas yace.
El tiempo no cura esta herida tan fiera,
y el alma del sol, en el dolor se abisma y se hace.
¡Ay, amor tan cruel, que en dos almas divide,
y en la oscuridad eterna las confina!
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